Rohm2222

Cuando la ambición no descansa pone una mentira en cada guerra. Dilapidando hombres, espera que sucios sudarios firmen la paz con las venas vacías.

....... ............................................Que nada nos quite nuestra forma de disfrutar la vida

14.4.06

Pregunta en blanco y negro.


Corrí y corrí sin parar.
Hasta que me desplomé.
Contemplé con horror como un pegajoso liquido tibio manaba de mi pecho.
Vi como la acera se acercaba vertiginosamente hacia mi cara, después el universo físico se detuvo y me alcanzó la oscuridad. Soñé con destellos blancos, ululantes sirenas de ambulancias, olor de manteles viejos que me recordaban mi niñez, caras desconocidas me miraban y un sombrío cielo nocturno que giraba sin cesar.

Sumergido en una tenue luz mortecina, desperté en la blancura aséptica del hospital, con una fuerte molestia en el pecho y dolorosos accesos de tos.
Una angustia amarga me desbordaba a borbotones por la boca reseca.
Pregunté: -¿Qué ha pasado?
-Tranquilo, ya ha pasado todo, lleva aquí dos días, le apuñalaron. -dijo la enfermera.

Poco a poco, empecé a recordar. Iba por una calle céntrica en dirección a mi casa, después de haber pasado una agradable tarde con mi chica, cuando desde un oscuro callejón un mendigo me chistó, me di media vuelta y vi como extendía su mano, pidiendo algo para poder comer. Llevé mi mano al bolsillo para sacar unas monedas que tenía y me adelanté a la penumbra donde estaba el mendigo. Un rayo me sujetó bruscamente de la solapa y un fuego entró en mi pecho de abajo hacia arriba, mis ojos preguntaron con incredulidad a los ojos del mendigo y mis piernas dejaron de responder, muy lentamente me fui arrodillando frente a ese hombre mal oliente y el fuego salió disparado de mi pecho, dejando en su lugar una sensación húmeda.
Infinitas manos me revolvían la ropa, trastabillando y a empujones me levanté, subí a la superficie a tomar la bocanada de aire que Dios me tenia reservada y comencé a correr y a correr sin parar.

Varios días después supe que ese hombre había sido detenido con mis documentos encima, pedí al comisario si podía verlo y me lo permitieron, con la condición de que fuera acompañado por un policía.
El hombre no dejaba de mirar al suelo.
Hubo una sola pregunta y una sola respuesta.
-¿Por qué?
-No se.
Me di media vuelta y me fui caminando a casa.

1 Comentarios:

A las 29 de abril de 2006, 20:46, Anonymous Anónimo dice...

cojonudo cuento

 

Publicar un comentario

<< Volver