Rohm2222

Cuando la ambición no descansa pone una mentira en cada guerra. Dilapidando hombres, espera que sucios sudarios firmen la paz con las venas vacías.

....... ............................................Que nada nos quite nuestra forma de disfrutar la vida

7.10.05

Anécdotas librescas:

Pase esta tarde por mi librería y digo mi, porque una buena librería que se precie no es de su propietario, sino de los clientes y su relación con los libros que revuelven, enredan, cotillean, hojean novedades, o no tanto, dejan todo desordenado, y así poco a poco se van haciendo dueños de tan magnifico espacio, convirtiendo el mercado en ámbito social y al librero en catalizador de la vida misma.

Bueno, dejémonos de literatura y vayamos a los hechos:

# Entra en la librería una señorita, se acerca al mostrador se dirige al librero y dice...
–¿Tiene el Código...? (momento de duda...) Que aprovecha el espabilado librero para hacerse el simpático, recuerda el titulo de moda y señalándole con el índice... dice:
-¿... DaVinci?
-No... Civil! –Afirma la sorprendida señorita.

# En una desértica tienda de libros estoy charlando con el librero cuando entra apresuradamente una señora que actúa como si estuviera fuera de lugar, con cierta actitud vergonzante y utilizando la técnica de la prisa fingida, esto no es cosa mía, sino de mi hijo, se acerca desde la puerta hasta el centro de la sala extendiendo el brazo, lleva en la mano un diminuto papel mal recortado que entrega al librero.
-Ya que pasaba por aquí... dice mi hijo que a ver si tienen este libro que lo necesita para mañana.
El librero habituado a recados de algunos adolescentes que tampoco pisan las librerías, lee el papelito y comienza la transformación, sus pupilas se dilatan, sus ojos empiezan a parecer dos huevos fritos, su boca empieza de deformarse en una extraña mueca lateral y por fin estalla en una carcajada insultante. La cara de la señora que se siente profundamente ofendida no tiene precio. Y para mayor afrenta de la señora me lo muestra, y yo comparto la risa y el asombro.
-Perdón señora pero no es para menos, con lo que pone aquí. ¿Este papel me lo puede dejar? La señora no contesta, ni un si ni un no.
El librero con una sonrisa en los labios se dirige al fondo. -Un momento voy a buscarlo.
El librero vuelve rápidamente con un ejemplar cuya tapa tiene un corte producido por una cuchilla al abrir el paquete.
-Es el único que nos queda, tiene un corte... pero si le corre prisa... con un poco de celo... y cuesta 7,90€ pero se lo podemos dejar a...
El librero ha bajado al nivel de zoco y esa es la arena que la señora mejor pisa, ya no esta en los medios, la humillación de antes se revuelve en furia y conocedora del terreno, arremete. Saca de la cartera 5€ que tira sobre el mostrador.
-Toma cinco euros y vas que chuta.
-¿Podría dejarme el papelito?- ruegan el librero y el testigo.
La señora compara la tapa del libro con lo escrito en el papel,
-No se lo llevo a mi hijo para que vea lo que ha puesto.
Salió con libro y papelito rápidamente y sin saludar. La señora no esta dispuesta a dejar pruebas de su paso por plazas como esta.
Este testigo que relata vio el papelito y aquí está una vulgar copia.

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2 Comentarios:

A las 20 de marzo de 2007, 17:09, Blogger El Eternauta dice...

la intriga y el desenlace brutal!! me sacaste una carcajada jajaja!

 
A las 6 de marzo de 2008, 10:11, Blogger Unknown dice...

Muy bueno, te voy a remitir con tu permiso en algún comentario o entrada... es que se parece tanto a lo que tenemos que sufrir un día si y otro también en la biblioteca, saludos bibliotecarios desde Burgos.

 

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