Rohm2222

Cuando la ambición no descansa pone una mentira en cada guerra. Dilapidando hombres, espera que sucios sudarios firmen la paz con las venas vacías.

....... ............................................Que nada nos quite nuestra forma de disfrutar la vida

31.10.05

Consejos para elegir caja en el hipper.


  • Tenga en cuenta que la fila más corta no siempre es la más rápida. (supongamos que en la caja nº 1 hay una persona con un carro llenísimo y en la caja nº 2 hay tres personas con dos productos cada una. ¿Cuál elegiría? No se esfuerce, cualquiera sea la que elija, no acertará, siempre será la otra la que vaya más rápido.

  • La caja rápida para menos de “x” productos casi nunca funciona, y en el momento en que la abren usted está en la fila de otra caja en el otro extremo del hipper y está a punto de tocarle; no intente correr cuando se habilite, le ganaran diez personas que han visto venir a la cajera a su puesto antes que usted. En caso de conseguirlo comprobará que usted tiene uno o dos productos más de los que la cajera admite como cifra máxima.

  • No elija la cajera más guapa. (de no ser que intente ligar, suele ser la más novata, habrá que investigar porque las más guapas duran poco en ese puesto de trabajo)

  • Ha ser posible eluda la caja donde la cajera no ponga los productos ella misma en las bolsas. (sudará poniendo los productos en la cinta transportadora y cuando levante la cabeza comprobará que están todos al otro lado de la caja esperándole para que empiece otra vez a embolsar y de nuevo al carro; no podrá evitar las miradas acusadoras del resto de la fila de detrás suyo, reprochándole lo lento que es usted)

  • Escape de las filas donde haya gente con ropa, (comenzaran a preguntar por tallas, colores, marcas...) menaje, (los precios nunca cuadran con lo que el cliente creía que había visto, y hay que llamar al encargado de la sección para verificar precios...) cacharros de plástico (simplemente no están marcados... y hay que llamar al encargado de la sección para...).

  • Huya de filas donde haya extranjeros con productos raros. (turistas de otros países u otras comunidades, cuidado, no solo existen los domingueros de carretera también los hay de hipper; se expone a confusión de idiomas, tarjetas que no funcionan, preguntas sobre tarjetas de fidelidad que no conocen, consultas de donde pueden conseguirlas, además suelen estar mal marcados [los productos], claro)

  • Evite filas con señoras mayores con dinero en efectivo. (intentan pagar el importe exacto y pierden un tiempo interminable buscando las moneditas en un diminuto monedero.)

  • No se ponga nunca en filas donde estén conversando un grupo de amigas con pocos productos cada una. (no pararan de hablar, se intercambian los productos, cuando ya ha pasado una, la otra se acordara de lo que le falta algo e ira a buscarlo mientras la amiga le cuida el sitio, se pelearan por pagarse una cosa la una a la otra etc...)

  • Desconfíe de la fila donde esté un adolescente (solo) con el carrito con un solo producto. (aparecerán cinco amigotes más, con un montón de botellas, bolsas de patatas, ganchitos, bandejas con tocineta, coca-colas, etc...)

  • Ni acercarse a la caja donde esté un cajero aprendiz (especialmente si es varón, quedará demostrada una vez más la lentitud del hombre en “algunos” menesteres)

  • Tenga cuidado con las filas donde esta un matrimonio con el niño pequeño dentro del carro con el resto de los productos. (seguramente el pequeño intentará ayudar a sus progenitores poniendo los productos sobre la cinta trasportadora, inevitablemente se le caerá el frasco de mermelada, habrá que llamar al servicio de limpieza, soportará gritos, protestas, discusiones matrimoniales, llantos y muchiiiísima espera...)

  • Estos son solo algunos de los aspectos de las visitas al hipper, espero que mis consejos les sean útiles, ustedes pueden agregar más en los comentarios, agradece vuestra atención. Peter Rohm.


19.10.05

Cuento Chino (3)

Aciertos del pasado, errores de futuro.

Los brotes vegetales eran la evidencia. La aldea respiraba aires de primavera. Chiang suspiraba profundamente, en el momento que Cheng entró en la habitación. Chiang escondió rápidamente una foto entre sus ropas haciendo un movimiento brusco que no pasó desapercibido a su hermano. Mirando por el rabillo del ojo y con una media sonrisa en los labios Cheng preguntó:
---Que guardas ahí?
---No, nada... no?
---No tendrás secretos para tu hermanito...?
Chiang en un arrebato de confesión vergonzante.
---Es cierto me he enamorado y que?
---Bien... veamos esa belleza...
Chiang saca del bolsillo un recorte de periódico.
---Pero hermano a esta no la conoces, es una propaganda.
---Y que quieres, si no hay mujeres en la aldea, ya sabes, que hoy, en China solo hay hombres. Aquella política, que pudo ser un acierto en el pasado, de solo un hijo y si era varón mejor. Nos ha llevado a esto... ¡no hay mujeres! Y en el futuro será peor. Las próximas generaciones que quieran casarse con una muchacha china tendrán que ir a buscarlas a España para encontrar a todas las niñas que hoy están adoptando... no?
---Cheng se llevó el recorte hasta la pequeña silla que tenia en un rincón de la habitación, se sentó y muy silencioso no dejaba de mirar el rostro de la bella muchacha.
---Tu!... que eres mas joven que yo!... piensa hermanito, piensa!...

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14.10.05

"Nada"

El vuelo del cuervo.

Marienbad, 22 de septiembre de 1917, un día ventoso de un prematuro otoño.

A todos nos puede ocurrir que alguna vez tengamos que arrepentimos de un día vacío, rebosante de cotidianeidad.

Frank, el abogado que trabaja para la Compañía de Seguros de Accidentes de Trabajo da varias vueltas alrededor de la habitación, sin que ocurra nada decisivo, pero algo sucede, aunque no se puede definir lo que es, quizás, debido a la lentitud de los movimientos; aquello parece... una frustrante persecución sobre sí mismo, unos pasos y se detiene, mira hacia atrás y cree ver algo que se mueve, reinicia bruscamente la marcha, para volver a detenerse. Por fin se acerca a la ventana pega la nariz al cristal frío y ve al cartero volver sobre sus pasos, desganado, con la bolsa vacía en dirección al correo central, la cabeza gacha, avergonzándose de no haberle dejado ninguna carta.
Enciende el fuego y pone a hervir una gran perola con agua y sal mientras lava y limpia con mansedumbre, media col, una zanahoria y las tres últimas patatas.
El que dijo que el hambre digestivo es el que mejor ayuda al artista a crear, dijo una reverenda tontería, es el apetito del alma el que empuja a escribir. “Trato continuamente de comunicar algo incomunicable, explicar algo que llevo en la médula y que tan sólo podría ser vivido por ella. En el fondo, tal vez no sea más que ese famoso miedo del que hablo tan a menudo, pero extendido a todo: miedo de 1o grande, de 1o pequeño; miedo convulsivo a decir una palabra. Quizá, sin embargo, este miedo no sea en realidad únicamente miedo, sino deseo apasionado de algo más grande que todo lo que lo provoca.”
La angustia es la fragua del mensaje, la desesperación, el molde, la ignorancia es el cincel para dar golpes de ciego a esta realidad creativa.
Esta penuria económica... donde el olor a col lo inunda todo.
Decide darse una ducha. Sale mojado del cuarto de baño secándose con la toalla. Se desploma sobre la cama como una marioneta a la que le cortan los hilos, sin darle mayor importancia, después de todo la ropa de cama esta algo húmeda. Cubierto solo con la toalla, se siente fatigado, parece como si se cansara más desde que ayer supiera el diagnóstico de su tuberculosis. ¿Con este desgarro, tengo derecho a arrastrar a Felice a mi abismo egoísta? Debo romper mi compromiso con ella. La culpa, siempre la culpa, la culpa es esta situación, este estado de cosas. ¿Que hacer con tanto amor no correspon­dido. ?
Se suspende en la nada y piensa...”Sin ti no tengo a nadie, a nadie más que el miedo: echado sobre él y él sobre mí, nos pasamos las noches agarrados el uno al otro.”
Se viste de prisa cuando empieza a sentir frío, no dejara de cumplir con sus obligaciones, baja desde el primer piso por unas escaleras estrechas y mal iluminadas, sale a la calle donde unos edificios tristes sostienen, a duras penas, una bóveda gris, ráfagas de viento hacen que se vea envuelto en medio de una ducha de hollín y polvo que le cae de los techos endebles.
Calles donde se ha instalado la suciedad industrial: “Una suciedad que, en fin, está allí y de la que no se vuelve a hablar; una suciedad que ya no se transforma, que se ha vuelto vernácula, que en cierto sentido hace más sólida y terrestre la vida humana.”
Calles donde el supremo valor es la velocidad, la masa, los coches, el anonimato, los aeroplanos, las locomotoras, las cosechadoras; la despersonalización.
Calles donde “mendigos atroces, engordados en sus carritos, estiran sus brazos hacia el camino”.
Calles donde “no se ve más que altas damas a la moda, que 1o desvalorizan todo”.
Vuelve rápidamente a su habitación, a la desesperanza, al destino incierto, al envejecimiento. El amigo al que había ido a visitar; no estaba. Se quita la chaqueta, deshace el lazo que aprieta su cuello, da varias vueltas alrededor de la mesa contemplando el bosquejo de "Las tribulaciones de un padre de familia" que esta junto a una omnipresente manzana, el techo cruje ensordecedor, las blancas y desnudas paredes le presio­nan, arrastra una silla junto a la ventana, se sienta y mirando las nubes, vuela. “Soy un pájaro imposible, un cuervo. Estoy perdi­do y así revoloteo entre los hombres. Ellos me miran con des­confianza y yo soy un ave peligrosa, un ladrón, un cuervo”. *
Este humilde abogado que trabaja para la Compañía de Seguros de Accidente de Trabajo, cinco años atrás, la no­che del 22 de septiembre de 1912 fue capaz de escribir de un tirón La condena.
Hoy, antes de ir a dormir, abre su Diario de memorias y lleno de coraje consciente, con todas las fuerzas de su mente vigilante; escribe: “ nada”.

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Frank Kafka ( Praga, 1883 - Sanatorio Kierling, cerca de Viena, 1924), escritor judeo-checo, desasosegado, de carácter introvertido, refleja en su obra al hombre angustiado, miembro de un mundo paradójico e impenetrable. En su testamento deja expresa la voluntad de que se destruyeran todos sus escritos.

*Kafka parecido a kavka, que en checo significa “cuervo”.

“". Fragmentos de su Diario.
Peter Rohm. 1/12/02


9.10.05

La importancia de ser preciso.

(X*0=?)
En el tercer planeta de este sistema solar, en una de las veinte mas pobladas ciudades, bajo su subsuelo, a veinticinco metro de profundidad viaja en el metro a sesenta kilómetros por hora un joven de diecinueve años a doce centímetros de la cuarta puerta del segundo vagón, en su cerebro miles de neuronas conectan entre sí dando pie a un enfado descomunal, su hermano de veinticuatro años le debe desde hace tres meses unos doscientos euros y se niega a pagárselos. La ira treinta se desencadena en su cabeza y piensa que todos los hermanos debían desaparecer de la faz de la tierra, no, mejor toda la humanidad y porque no, mejor todo ser viviente, la solución final, hasta la ultima proteína, empezar de tabla rasa. En el cabreo se incluye él, el primero. Pero en realidad lo único que hace es dar dos pasos a la derecha para dejar bajar a doce personas y que suban ocho. A él todavía le falta cuatro estaciones para seguir empantanado en su genocidio particular. Su movimiento a inclinado el universo, cero coma uno menos n a la enésima potencia, a la derecha. El universo se desequilibra por la furia humana uno de cada diez días, pero quedan solo quince testigos que lo aseveran. Cosa que a muchos miles les importa y otros cientos ni les afecta, y sobre todas las cosas, el que no se inmuta es Dios, el único, que en estos momentos sé esta multiplicando por cero. Cuando me enfado me da por ser veintiocho renglones exactos.


8.10.05

Ligando

“Podría escribirte yo o podrías
escribirme tu. ¿En tu blog o en mi blog?”


7.10.05

Anécdotas librescas:

Pase esta tarde por mi librería y digo mi, porque una buena librería que se precie no es de su propietario, sino de los clientes y su relación con los libros que revuelven, enredan, cotillean, hojean novedades, o no tanto, dejan todo desordenado, y así poco a poco se van haciendo dueños de tan magnifico espacio, convirtiendo el mercado en ámbito social y al librero en catalizador de la vida misma.

Bueno, dejémonos de literatura y vayamos a los hechos:

# Entra en la librería una señorita, se acerca al mostrador se dirige al librero y dice...
–¿Tiene el Código...? (momento de duda...) Que aprovecha el espabilado librero para hacerse el simpático, recuerda el titulo de moda y señalándole con el índice... dice:
-¿... DaVinci?
-No... Civil! –Afirma la sorprendida señorita.

# En una desértica tienda de libros estoy charlando con el librero cuando entra apresuradamente una señora que actúa como si estuviera fuera de lugar, con cierta actitud vergonzante y utilizando la técnica de la prisa fingida, esto no es cosa mía, sino de mi hijo, se acerca desde la puerta hasta el centro de la sala extendiendo el brazo, lleva en la mano un diminuto papel mal recortado que entrega al librero.
-Ya que pasaba por aquí... dice mi hijo que a ver si tienen este libro que lo necesita para mañana.
El librero habituado a recados de algunos adolescentes que tampoco pisan las librerías, lee el papelito y comienza la transformación, sus pupilas se dilatan, sus ojos empiezan a parecer dos huevos fritos, su boca empieza de deformarse en una extraña mueca lateral y por fin estalla en una carcajada insultante. La cara de la señora que se siente profundamente ofendida no tiene precio. Y para mayor afrenta de la señora me lo muestra, y yo comparto la risa y el asombro.
-Perdón señora pero no es para menos, con lo que pone aquí. ¿Este papel me lo puede dejar? La señora no contesta, ni un si ni un no.
El librero con una sonrisa en los labios se dirige al fondo. -Un momento voy a buscarlo.
El librero vuelve rápidamente con un ejemplar cuya tapa tiene un corte producido por una cuchilla al abrir el paquete.
-Es el único que nos queda, tiene un corte... pero si le corre prisa... con un poco de celo... y cuesta 7,90€ pero se lo podemos dejar a...
El librero ha bajado al nivel de zoco y esa es la arena que la señora mejor pisa, ya no esta en los medios, la humillación de antes se revuelve en furia y conocedora del terreno, arremete. Saca de la cartera 5€ que tira sobre el mostrador.
-Toma cinco euros y vas que chuta.
-¿Podría dejarme el papelito?- ruegan el librero y el testigo.
La señora compara la tapa del libro con lo escrito en el papel,
-No se lo llevo a mi hijo para que vea lo que ha puesto.
Salió con libro y papelito rápidamente y sin saludar. La señora no esta dispuesta a dejar pruebas de su paso por plazas como esta.
Este testigo que relata vio el papelito y aquí está una vulgar copia.

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2.10.05

Cuento Chino (2)


Chiang el ecologista.

Un agradable olor inundaba la casa. Era la hora de comer y el arroz estaba en su punto.
-Esto parece estar muy bueno.- dijo Cheng mientras se servia en su cuenco de madera un poco de pescado, varias verduras rehogadas y un tazón de arroz.
-No en vano tenemos la mejor cocina de las tres culturas...
-Que tres culturas?- masticó Cheng.
-La del arroz, la del trigo y la del maíz.- dijo Chiang mientras extraía de un sobre unos flamantes palillos de plástico verde.
-Y eso – dijo Cheng asombrado- desde cuando no usas tus palillos de madera como todo el mundo.
-Me he enterado que los palillos de plástico duran diez veces mas que los de madera. Si todos hiciéramos lo mismo, consumiríamos mucha menos madera y permitiríamos la recuperación de los bosques, no?
-Si es por eso tendríamos que hacer como los occidentales y usar tenedores.
-No todo lo que hacen los occidentales es bueno, no?
-Ya que están más desarrollados que nosotros –porque no?.
-Piensa –dijo Chiang- que si todos nosotros dejáramos de lavarnos y como los occidentales empezáramos a usar papel higiénico no quedarían bosques en el mundo.
Cheng dejo de comer y se puso a rumiar la idea en un rincón de la habitación. Se había quedado sin apetito. Chiang orgulloso de sus relucientes palillos de plástico verde untaba los trocitos de pescado en una oscura salsa, sin dejar de masticar.

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